(Redacción por David Gallardo) El ciudadano colombiano Jonatan Palacios ha sido liberado y exiliado de Venezuela luego de estar 930 días secuestrado por el régimen de Nicolás Maduro.

Palacios entregó un vídeo exclusivo a nuestra Sala de Redacción con sus primeras declaraciones sobre las diferentes violaciones a sus Derechos Humanos, injusticias sistemáticas y vulneraciones que realizó la justicia venezolana en su contra.

La pesadilla de Palacios empezó lamentablemente el 14 de enero del 2021, cuando dos vehículos del contrabando asesinaron a su familia. A pesar del luto y el fuerte dolor ocasionado por la criminalidad que azota la frontera colombo-venezolana, el ciudadano exigió justicia al estado venezolano, teniendo así ninguna respuesta.

Palacios junto a toda la población venezolana, se esperaría lo más extremos disparates o argumentos absurdos que tiene la dictadura para justificar sus actos, sin embargo lograron un nuevo récord en los niveles de lo absurdo cuando detuvieron al ciudadano colombiano solo por compartir una foto editada del fiscal Tarek William Saab. «Utilizaron esa imagen para someterme, torturarme, destruirme, para amenazar a todas las personas cercanas a mí (…) me imputaron 11 delitos inexistentes, sin pruebas, sin denunciantes, viví todo un proceso de tortura y violación de derechos humanos», denunció Palacios en el vídeo.

Fueron 930 largos días, en los que la salud mental y física de Palacios se vio fuertemente afectada por el dolor de la tortura, la destrucción de su entorno familiar y la vejación de su reputación gracias a los medios de comunicación de la dictadura que lo acusaron de actos y delitos que hasta el sol de hoy no ha podido probar la Fiscalía General.

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«930 días de maltrato, de abuso, de una muy mala alimentación, de ausencia absoluta, de atención médica, de todo tipo de vejaciones y de extorsiones, 930 días después me expulsan como el peor criminal de Venezuela, sin haber cometido ningún delito», denunció Palacios.

De igual forma, Palacios toma su tiempo para recordar a todos los presos políticos que siguen en Venezuela, quienes sufren día a día la violación sistemática a sus Derechos Humanos. «Yo me siento muy mal porque aunque soy libre hoy no siento felicidad ante mi libertad porque sé que detrás mío quedan cantidades centenares de personas que no tienen salida, yo tuve una salida por ser colombiano y por tener un tercer ojo que hizo una presión dentro de toda la ilegalidad que se vivió y agradezco muchísimo a esa misión diplomática que alzó su voz por mis derechos», declaró.

Jonatan Palacios: Los antecedes de esta difícil pesadilla

Una fuente anónima logró narrarnos con mayor detalle los antecedentes y que fue lo que condujo a la injusta detención de Jonathan Palacios.

Palacios había creado Funda Bolívar, fundación que estaba dedicada al rescate de animales, teniendo una de las coberturas más grande del país. Desde un principio, el estado venezolanos se apoyaba mucho en esta organización, de hecho le donaron un vehículo que Palacios logró reparar y modificar para convertirla en una especie de ambulancia para animales.

«Después de venir de un trabajo, esa ambulancia venía con un grupo de activistas de Funda Bolívar, donde estaba su pareja y la hija de su pareja, que él la estaba criando, una niña. Iban en dirección a San Cristóbal y unas dos gandolas que venían de frente lo sacaron de la vía. Ellos cayeron en un barranco y se mataron», relató la fuente.

Ante esta situación, Palacios empieza reclamar a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) sobre estas gandolas que no deberían transitar en estas vías que comparten la frontera colombo-venezolana. Los funcionarios afirman que es imposible la presencia de estos transportes de gasolina en la área, sin embargo el ciudadano colombiano confirma que tiene vídeos sobre este hecho.

Justo en el 2021 Freddy Bernal era el «protector de Táchira», puesto que quedaría enlodado ante los vídeos e imágenes que tenía Palacios para probar este contrabando constante que pasaba en la frontera, un hecho que Bernal tenía «controlado».

La postura de Palacios no era de gran agrado para la dictadura, así que decidieron detenerlo bajo la atribución del delito de instigación al odio, aparte de los otros 11 delitos que jamás pudieron demostrar.

«Lo tuvieron dos años y pico de preso por una foto de un mono amarrado a Saab. Ese fue ese es el caso esencialmente. De hecho en el expediente del caso figura como víctima Tarek William Saab.

Gracias a la presión diplomática y del Foro Penal, se le sentenció a dos años y seis meses, sin embargo se declaró que dicha condena estaba cumplida, a pesar que había pasado más tiempo encarcelado injustamente.